- Francisco Javier Castro Herrera, podría ser procesado por ofrecer protección policiaca al grupo de narco distribución que comandaba Mª Baker, el cartel de Neza
Por Francisco Gómez
"¡Aquí manda el jefe de sector Oasis, y si lo que quieren es dinero... díganlo!", gritaron a ocho de sus compañeros las dos policías que trataron de evitar el arresto de siete vendedores de droga, a quienes protegían durante una operación de compra-venta de cocaína del cártel de Neza, en las canchas de basquetbol de la colonia Voceadores, en Iztapalapa, al oriente de esta ciudad.Con ello, las dos mujeres policías, Elizabeth Vera Méndez y Concepción Serrano Martínez, ponían al descubierto la red de protección policiaca que operó hasta enero pasado el jefe del sector Oasis, Francisco Javier Castro Herrera, para cubrir las acciones del cártel de Neza en la zona oriente de la ciudad de México.
Comandado por Delia Patricia Buendía Gutiérrez, "Ma Backer" y Carlos Morales Gutiérrez, "El aguila", el cártel de Neza recibió protección policiaca durante más de tres años por parte del citado jefe de sector de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del Distrito Federal, a cambio de 50 mil pesos semanales.
En este caso, que es uno de los mayores escándalos de corrupción en la corporación policiaca capitalina, el magistrado del tercer Tribunal Unitario Jesús Guadalupe Luna Altamirano, consideró que hay suficientes pruebas para procesar al ex jefe de sector de la policía preventiva por el delito de violación a la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada.
Con ello, el magistrado Luna Altamirano, además de confirmar la formal prisión dictada a Castro Herrera por la juez quinto de procesos penales federales, Olga Sánchez Contreras, convalidó el hecho de que hasta este momento hay indicios para juzgarlo por brindar protección desde el 2001 y hasta el 8 de enero de este año al llamado cártel de Neza.
La medianoche de aquel frío jueves 8 de enero de este año, terminó lo que para la Subprocuraduría Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) fue parte de la red de protección que desde la SSP cubrió al cártel de Neza para lograr la distribución de drogas en el oriente de la ciudad de México.
Esa noche, un testigo alertó sobre una operación de compra - venta de droga en las canchas de basquetbol de la colonia Voceadores, en Iztapalapa. Hasta las calles de Miguel Lira y Ortega y Eustaquio Bueno se trasladó un grupo especial de policías que atendió el llamado de alerta.
Nada parecía alterar la compra-venta de cocaína que supuestamente hacían en ese lugar Uriel Flores Cruz, Jorge Edgar Cano Sariól, Felipe Alejandro Sayón Hernández, Román Montiel Mendoza, Raúl Romero Aguirre, Carlos Jaramillo Soriano y Armando Martínez. Y no era para menos, la patrulla IZP64340 de la SSP, con las oficiales Elizabeth Vera Méndez y Concepción Serrano Martínez los cuidaba y protegía.
Incluso, ninguno de ellos se alteró cuando llegó el grupo especial de la policía y les marcó el alto. Sólo esperaron la intervención de las dos mujeres policías, quienes de inmediato bajaron de su unidad y a gritos increparon a sus compañeros por alterar la operación que efectuaban los narcotraficantes.
"¡Dejen de chi... la m... y váyanse a la ver... aquí manda el jefe de sector Oasis y si para que se larguen quieren billete, nomás digan cuánto y hablamos con la jefa Ma Baker y con El Aguila", gritaron las policías, creyendo que con ello intimidarían a sus compañeros policías.
Pero para su sorpresa y la de sus clientes, las dos mujeres policías fueron detenidas junto con los ocho presuntos narcotraficantes. Además, en la patrulla IZP64340 de la SSP se encontró mariguana empaquetada, lo que se sumó a las "grapas y piedras" halladas en poder de quienes efectuaban supuestamente la operación de compra-venta de droga.
Lo peor vino después. Se citó en la SIEDO al jefe del sector Oasis, Francisco Javier Castro Herrera, y ahí mismo el testigo que alertó a la policía lo reconoció como el mismo policía que iba a las canchas de basquetbol para cobrar "cuotas" a los distribuidores de drogas.
Incluso, un alto jefe de la SSP, Mario Alberto Montaño Alcocer, reconoció ante la SIEDO que desde tiempo atrás él tuvo denuncias ciudadanas sobre la venta de protección a narcotraficantes de policías de ese sector, al grado de que era frecuente que los burreros -vendedores de droga- y los oficiales de la SSP se saludaban como amigos. Lo que no dijo es por qué nunca atendió esas denuncias.
SUN
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